El vértigo, el caos, el odio.
También la belleza, la armonía y la sensualidad. Los seis bailarines expresan
emociones a través del movimiento. La obra “CONtraSENTIDO” se presentará hoy y
mañana a las 5:00 pm en la Asociación Cultural Humboldt de San Bernardino
dentro de la programación del XVIII Festival Internacional de Teatro de Caracas.
La pieza es escenificada por el grupo alemán DIN A 13 tanzcompany y AM Compañía
de Danza de Habilidades Físicas de Venezuela.
“CONtraSENTIDO” forma parte del proyecto de investigación corporal “Transformaciones” dirigido por la coreógrafa alemana Gerda Köning, quien hace un trabajo colectivo de interpretación de un momento histórico. La obra se estrenó el 28 de septiembre del año pasado en la Casa del Artista en Quebrada Honda. Köning es acompañada por Gitta Roser, asistente de dirección, y Gustavo Fijalkovv, productor general.
“La obra lleva Caracas adentro porque se hizo en Caracas. Yo viví el año pasado aquí cuatro meses y medio, Köning y Roser estuvieron dos meses y los bailarines son de Caracas. La ciudad está ahí”, afirma Fijalkovv en el idioma español que aprendió en Argentina, país donde nació. Sin embargo, “CONtraSENTIDO” es una pieza universal en la que los bailarines venezolanos Alejandra Peña, Fabiola Zérega, Jorge Ansidey, José Conde, Julio Loayza y María Fernanda Castillo manejan sus capacidades expresivas. Todos forman parte de AM Compañía de Danza de Habilidades Físicas, dirigida por Alexander Madriz. A uno de los bailarines le falta una pierna, y otra de ellas está en silla de ruedas, pero no hacen de la discapacidad física la protagonista.
“Este proyecto tiene una enorme
riqueza. No tiene un propósito pedagógico de decir que alguien puede o no. Se
trata de un proyecto artístico. Es gente con otro cuerpo”, aclaró Köning, quien se mueve en una silla de ruedas, en la presentación de la pieza a la prensa.
Detrás de los pasos de cada uno
de los personajes hay una historia de amor, miedo, odio, incomprensión, soledad
y lucha. Bailan desde la fragilidad y también desde la esperanza. Son
sobrevivientes.
En la obra, que tiene una
duración de 50 minutos, se descubre cómo el cuerpo de un individuo traduce los
sentimientos y las emociones en medio de una transformación inesperada del
entorno. Venezuela es la segunda parada de este proyecto que ya pasó por Sri
Lanka y se prepara para tener una temporada en Israel.
DIN A 13 tanzcompany hace cooperaciones internacionales con
bailarines o compañías de distintos países desde 2004. “El modo de trabajo es
encontrar las emociones en los cuerpos de bailarines, ellos lo hacen a partir
de las tareas de improvisación de Köning”, explica Fijalkovv.
La obra también usa el video y la
música como un recurso de expresión. El videoartista alemán León Grauer grabó y
produjo el video junto al grupo, mientras la música fue creada por el
venezolano Xavier Losada, quien absorbió los sonidos y ritmos frenéticos de la ciudad
sobrepoblada, así como las pausas y el silencio interior del individuo.
En la escenografía, a cargo de Edwin Erminy, además de marcas
de productos venezolanos, se puede leer: “En Venezuela hay diablos”, “El
universo conspira”, “tranquilidad”, “novela”. También está el cartel, que por
obligación debe colocarse en todos los espacios públicos de Caracas, en el que
se comunica la prohibición de portar armas o balas.
“Creo que la obra refleja mucho a
Caracas. El contacto con la multitud en la calle a veces es violento –la gente se
pega para entrar al metro en hora pico–, pero también hay afecto en la forma de
hablar ‘Papito’, ‘Mi rey’, ‘mi amor”, dice Fijalkow.
El juego de palabras creado por las
mayúsculas del nombre de la obra le da varios significados. Todos válidos. La
ciudad en la que sobrevivimos es así. A veces nos movemos “con sentido”, pero
en otras oportunidades a “contrasentido”.
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