“El samán ventila entre sus hojas la distancia que nos separa/ de aquí al Cairo la misma luz/ la misma fuerza absurda que quema las palabras dichas en otras lenguas”, escribe Camila Ríos Armas. “Me pregunto si llueve/ si estalla tanto azul en tu noche como en la mía/ si sientes quebrarse el cielo como un árbol ganado por el peso”, se interroga Leonardo González Alcalá y quizás Adalber Salas le responde sin saberlo: “Hay que quemar a los árboles/ esos hombres puntuales y tristes/ que desconocen la horizontalidad”. Francisco Catalano recita: “Aparece/ como sudor del pavimento/ el humo emanando de los cuerpos:” y José Delpino observa “la mímica muda del jardín agitado,/ tras los vidrios, cabelleras danzantes de bambúes ocultando el viento”.
Son jóvenes, son venezolanos, son poetas. No son un grupo literario, no redactan manifiestos, no son parricidas. Son amigos. El mayor nació en 1981, el menor en 1989. Escriben, editan sus libros, hacen lecturas públicas en las universidades y en los bares. La mayoría se conoció el jueves 10 de enero de 2008, durante la entrega del II Premio Nacional Universitario de Literatura, evento organizado por la Universidad Simón Bolívar. El ganador de esa edición fue Salas, ese año hubo una mención especial para Ríos Armas y en 2009 Delpino obtuvo el premio.
Son jóvenes, son venezolanos, son poetas. No son un grupo literario, no redactan manifiestos, no son parricidas. Son amigos. El mayor nació en 1981, el menor en 1989. Escriben, editan sus libros, hacen lecturas públicas en las universidades y en los bares. La mayoría se conoció el jueves 10 de enero de 2008, durante la entrega del II Premio Nacional Universitario de Literatura, evento organizado por la Universidad Simón Bolívar. El ganador de esa edición fue Salas, ese año hubo una mención especial para Ríos Armas y en 2009 Delpino obtuvo el premio.
Ríos Armas es la menor del grupo, nació en Caracas en 1989. Es tesista de la Escuela de Estudios Liberales de la Universidad Metropolitana. Participó en un taller de poesía impartido por Edda Armas, su madre, y asistió a un seminario sobre Albert Camus dictado por Guillermo Sucre. En 2005, obtuvo la segunda mención del X Concurso Nacional de Poesía para Liceístas, evento que organizaba la desaparecida Fundación Casa de la Poesía J. A. Pérez Bonalde conjuntamente con la Casa Nacional de las Letras Andrés Bello. Algunos de sus poemas están recogidos en la antología El patio del limonero, editado por El pez soluble. Su primer libro es Muralla intermedia, publicado en 2008 por la editorial Equinoccio.
González Alcalá nació en Caracas en 1987. Es abogado de la Universidad Católica Andrés Bello y actualmente estudia guitarra clásica. Asistió a talleres con las poetas Gabriela Kizer, Edda Armas, Mharía Vázquez Benarroch y el poeta Armando Rojas Guardia. En 2007, ganó la XII Bienal de Poesía Francisco Lazo Martí, evento que era organizado por el Ateneo de Calabozo y que desapareció por falta de apoyo del Estado. El país de los muertos, el poemario ganador, será reeditado este año por Eclepsidra. Parte de su trabajo también está recogido en Antología del ojo errante, una edición de El pez soluble.
“Nuestros poemas no son fácilmente homogéneos, somos voces disímiles, ritmos distintos, la generación hermana hombres disímiles y por eso estamos aquí”, afirma González Alcalá. “No somos un grupo homogéneo, siento que mi poética tiene una afinidad con la de Salas y quizás la de Delpino, pero a nosotros lo que nos une es la amistad” comenta Catalano, el organizador de una lectura en diciembre de 2010 en Discovery, el bar caraqueño donde también nació la Movida Acústica Urbana. “Todos nos hicimos amigos, nos fuimos conociendo sin tener afinidades literarias, al azar. La amistad es el azar” afirma Delpino, quien además confiesa que se siente conectado con el trabajo de Catalano: “Es una poesía desbordada en su propio ritmo”.
La filosofía y la realidad
Salas nació en Caracas en 1987. Es tesista de la Escuela de Letras de la UCAB. Asistió a los talleres impartidos por Miguel Marcotrigiano y Rojas Guardia. En 2007, ganó el II Premio Nacional Universitario de Literatura con La arena, el vidrio: ascenso en tres movimientos, publicado al año siguiente por Equinoccio. Algunos de sus poemas están recopilados en la antología La imagen, el verbo, editada por la UCAB en 2006 y en Antología de poesía venezolana joven, una edición bilingüe español-árabe editada por la Universidad Libanesa Internacional y el Ministerio de la Cultura de Venezuela en 2009. El año pasado, publicó en la editorial bid & co Extranjero.
“Es imposible escribir poesía hoy en Venezuela sin estar influido por la herencia de Cadenas, Sánchez Peláez, Rojas Guardia, Alfredo Silva Estrada” afirma Salas. El poeta de 23 años de edad también acepta influencias de la poesía de T. S. Elliot, Stéphane Mallarmé, Friedrich Nietzsche, Eugène Guillevic, Allen Ginsberg. “Las cartas de Ginsberg me parecen poemas en prosa. También son importantes para mí las lecturas de filosofía, sobre todo del siglo XX, me parece imposible distinguirla de la poesía. Leo a María Zambrano a Ludwig Wittgenstein”.
Catalano nació en Caracas en 1986. Es Licenciado en Comunicación Social de la UCAB y actualmente escribe su tesis para graduarse en Letras en la misma universidad. Su tema de estudio es la obra del poeta argentino Roberto Juarroz. “Él y Walt Whitman son las dos referencias más fuertes para mí. De la poesía venezolana la influencia es de Rojas Guardia y Silva Estrada, leerlos me abrió un universo. También reconozco que el Eugenio Montejo de El Cuaderno de Blas Coll, el Guillermo Sucre de La vastedad y los primeros poemas de Hanni Ossot son importantes. Con Cadenas tengo una relación de amor y odio. Creo que la poesía es la escritura de un yo, y que el poeta no debe tomar un punto pasivo para aprehender la realidad”. Sin embargo, destaca en Cadenas la importancia de la musicalidad y la capacidad cotidiana del asombro. “Indudablemente es uno de los poetas más importantes del siglo XX”. Catalano participó en los talleres de Marcotrigiano, Rojas Guardia, Carlos Brito y Miguel Márquez. Parte de su trabajo está publicado en La imagen, el verbo (UCAB 2006) y en Voces Nuevas 2005-2006, editado por el Celarg en 2007. En 2010, editó de manera independiente l, su primer poemario.
Delpino nació en Maracaibo en 1981 y se vino a Caracas en 1997. Es licenciado en Letras de la Universidad Central de Venezuela (2005), antes estudió varios años Ingeniería en Computación en la USB. Volvió a esa universidad pero para cursar el postgrado en Literatura Latinoamericana. Asistió a los talleres de Arturo Gutiérrez Plaza, Igor Barreto y Miguel Márquez. En 2009, ganó el III Premio Nacional Universitario de Literatura con Fanes, libro que fue editado por Equinoccio el año pasado.
Escapar del ahogo
“La poesía que escribo tiene dos fases: una orgánica, rítmica, armónica, como una letanía; y la otra esquizofrénica. Hay influencias dispares: Hanni Ossot, Vicente Huidobro, T.S. Elliot, César Vallejo” dice Delpino, quien con 29 años de edad, se interesa por la relación entre el ser humano con los artefactos. “Me interesa el tema de la prótesis. Seamos discapacitados o no, dependemos de un montón de aparatos que nos hacen la vida distinta: la nevera, el carro, la pantalla de la computadora”.
González Alcalá acepta influencias de Rainer Maria Rilke, Ida Gramcko, Rojas Guardia y Montejo. Cree que al escribir se empiezan a mimetizar las voces hasta encontrar una propia: “En momentos de crisis, de dictaduras, la escritura se potencia y se producen escritores universales, eso lo hace la necesidad de escapar del ahogo”.
La única mujer del grupo tiene influencias de Anaïs Nin, Alejandra Pizarnik y Elizabeth Schön. “Hay influencias de libros, de poemas, yo tengo mala memoria y no me gustan las listas. Hay un punto en el camino en que todo se junta” asegura Ríos Armas, hija de la poeta Edda Armas, nieta del escritor Alfredo Armas Alfonzo, sobrina del fotógrafo Ricardo Armas. “Mi madre no es una influencia por su poesía sino porque es mi madre. Leí un libro de ella por primera vez hace un año. Mi abuelo murió cuando yo tenía un año, pero sus cuentos quedaron en la familia. Creo que no hay nada común entre lo que él escribió y lo que yo hago. Para mí la poesía y la fotografía se complementan, quizás la poesía intenta plasmar lo que capta la fotografía y la fotografía en sí misma es poesía, porque atrapa una imagen que es metáfora”.
Son un grupo que lee, escribe y cree en lo que hace. Les apasiona el descubrimiento de los secretos de la palabra. Comenzaron a publicar a finales de la década pasada y ninguno llega a los 30 años de edad. No son los únicos, pero sus versos son una muestra de una juventud que sobrevive a la inflación, la delincuencia, la frivolidad, la desesperanza, el silencio.
Las fotografías de los cinco jóvenes poetas venezolanos son de Renier Otto.
[Haraia]
Escapo del hilo de luz
que viene de su ventana
me recuerdo en el castillo
de piedras rotas
donde la ola pega en mi alma
para indagar el futuro
que viene de su ventana
me recuerdo en el castillo
de piedras rotas
donde la ola pega en mi alma
para indagar el futuro
mi respiración se hunde
en el azul intrigante
ahogo mis dedos en la arena
sintiendo el calor con mis pies
en el azul intrigante
ahogo mis dedos en la arena
sintiendo el calor con mis pies
Busco la alegría
en el paisaje incandescente
en el paisaje incandescente
mis ojos no resisten el vacío
Isla de sal
que albergas el oro blanco
¡no te escondas!
que albergas el oro blanco
¡no te escondas!
Camila Ríos Armas
Los labios no saben resistir tanto
Me pregunto si llueve
si estalla tanto azul en tu noche como en la mía
si sientes quebrarse el cielo como un árbol ganado por el peso
Miro hacia afuera y sonrío:
la misma tormenta sucede aquí adentro
y pienso en las palabras
y pienso que somos lo mismo
-como si pensar tuviera alguna consecuencia
y esas palabras,
como relámpagos indecisos no convencidos aún de ser luz
esas palabras escapan
los labios no saben resistir tanto
tanto temblor
y tus dientes perfectos
mordiéndolos
porque el beso ha decidido callar también.
si estalla tanto azul en tu noche como en la mía
si sientes quebrarse el cielo como un árbol ganado por el peso
Miro hacia afuera y sonrío:
la misma tormenta sucede aquí adentro
y pienso en las palabras
y pienso que somos lo mismo
-como si pensar tuviera alguna consecuencia
y esas palabras,
como relámpagos indecisos no convencidos aún de ser luz
esas palabras escapan
los labios no saben resistir tanto
tanto temblor
y tus dientes perfectos
mordiéndolos
porque el beso ha decidido callar también.
Leonardo González Alcalá
Hay que quemar a los árboles
Hay que quemar a los árboles
esos hombres puntuales y tristes
que desconocen la horizontalidad
esos hombres puntuales y tristes
que desconocen la horizontalidad
abrirles un grito acerado en el pecho
amputar sus intenciones solares
predicarles el sermón turbio de las llamas
amputar sus intenciones solares
predicarles el sermón turbio de las llamas
y olvidar la ceniza
de las palabras verdes que extendieron
con el fervor del que espera no ser escuchado
Hay que satisfacer su hambre de fulgores
y devolverles la luz
que plaga el envés de la memoria.
de las palabras verdes que extendieron
con el fervor del que espera no ser escuchado
Hay que satisfacer su hambre de fulgores
y devolverles la luz
que plaga el envés de la memoria.
Adalber Salas
A la vida la atraviesa una rendija
por donde el hombre succiona bocanadas
por donde el hombre succiona bocanadas
del aire más denso de los días
I
I
batiendo el pecho
como un animal jadeante
que ansía la cópula del mundo
DIAGRAMADO POR NADIE
TODO UN TECHO DE PÁJAROS VOLABA
Francisco Catalano
IX
cuál,
nuestro ejercicio de calma
al espejo
al filo de las madrugadas,
de la cara
siempre cortando
lavando la boca
lavando el castigado genital,
comiendo el pan exactos
a la hora del hambre
nuestro ejercicio de calma
al espejo
al filo de las madrugadas,
de la cara
siempre cortando
lavando la boca
lavando el castigado genital,
comiendo el pan exactos
a la hora del hambre
José Delpino
Edite la entrada porque en los poemas del final se le fue el HTML. ¿Y usted por qué no publica poemas propios?
ResponderEliminarHola lector anónimo, gracias por comentar. Si se refiere a los espacios en blanco y a las letras en mayúsculas del poema de Francisco Catalano, pues no se fue el HTML, sino que esos espacios en blanco y las mayúsculas forman parte de ese poema, así están en el libro. No publico mis poemas porque no creo que sean mejores que el silencio. Prefiero escribir otros géneros, por llamarlo de algún modo. Saludos.
ResponderEliminarLos arregló en efecto porque sí se le habían ido los corchetes y demás símbolos del HTML. Sobre los espacios en blanco, era de imaginar que venían así en el libro. Cuando no se es suficientemente bueno en algo, concuerdo con usted, es mejor callarse. No le vayan a decir poeta de medio pelo.
ResponderEliminarAhh ya entendí que es lo de que se vaya el HTML. Gracias.
ResponderEliminarHermosos poemas,todos. Viva la poesía muchachos! Sinceramente, Octavio Paz tiene razón en decir: "La poesía es otra cosa". Un fuerte abrazo. Buen blog. Att. Tony Romero.
ResponderEliminarGracias por comentar Tony. Un abrazo de vuelta.
ResponderEliminarGracias, Douglas, por esta nota tan bonita!!
ResponderEliminarSeguiré tu blog, que no lo conocía :)
Un gran abrazo,
Camila.
Estupendo regresar a esa noche llena de talentos. Gracias, Douglas. Felicidades por tu blog.
ResponderEliminarDe nada Camila. Gracias a ti por el comentario y por seguir el blog. Que siga la escritura y la "insaciable búsqueda", los descubrimientos cotidianos. Un abrazo de vuelta.
ResponderEliminarGracias Enza por el comentario. Prometo leer "¡No limpies la ceniza!". Un abrazo.
ResponderEliminarExcelente post. Comparto todo lo dicho. Esas vices ya han entrado a nuestro espacio interior, o por lo menos, al mío.
ResponderEliminarSeguiré el blog, Douglas. Gracias.
P.
Excelente post. Con tu permiso voy a difundirlo por twitter
ResponderEliminarGracias a ti Paola. Creo que no te lo había dicho, pero ahora cuento la anécdota: fui a su lectura porque vi el anuncio del evento en tu muro de Facebook. Un abrazo.
ResponderEliminarGracias Héctor por la difusión y el comentario.
ResponderEliminarEres ENORME y x eso tan querido, poeta, buen bailarin y amigo. Este regalo lo he leido en un tren viajando hacia las afuetas de Paris. Gracias por ser tan generoso como acertado. Besos
ResponderEliminarAndreína siempre cerca, siempre viajando. Un abrazo desde tu Caracas. Bon voyage amiga querida. Gracias por leer y comentar. Mil abrazos con guataca incluida.
ResponderEliminarA la cacería siempre compa, cace siempre y tan segudido. Cace, cace.
ResponderEliminarQué post tan bueno! Con tu permiso me lo llevo para facebook.
ResponderEliminarMuy bella y oportuna nota. Difundir las voces nuevas en poesía es algo muy necesario, un gesto lleno de magia y generosidad...eso si, cuando se nombra a las voces viejas como la mía (en la nota-bio de Leonardo González Alcalá por ejemplo) sería muy de agradecer que se nos citara el nombre correctamente,bien escrito, es lo menos que se pide.
ResponderEliminargracias
att.
mharía vázquez benarroch
poeta
Me encantó esta nota llena de amor al género y sembrada de generosidad. La difundiré. ¡Saludos!
ResponderEliminarMuchas gracias Lennis por el comentario y la difusión. Agradecimiento y disculpas a la señora Mharía Vázquez Benarroch por el error involuntario en su nombre, que ya fue corregido; y gracias Kira por comentar y ayudar. Seguiremos cazando lector anónimo.
ResponderEliminarQué bueno lo que hiciste, qué bonito encontrarse con una nota así.
ResponderEliminar¡Gracias y adelante!
Saludos
Cinzia
Gracias a ti Cinzia. Recibe un abrazo.
ResponderEliminarMe encantó Douglas
ResponderEliminarGracias, saludos Aramakao.
ResponderEliminarsin centro, sin norte
ResponderEliminarNo entendí el comentario lector anónimo.
ResponderEliminarBuenos textos, bonito el trabajo de reseñar al talento. Saludos, continúe..
ResponderEliminarGracias por el comentario Miguel Antonio. Saludos.
ResponderEliminarFelicito esta iniciativa, que además comparto de promocionar a jóvenes que se asoman al camino de la poesia. Todo nuestro país está sembrado de jóvenes que han comenzado a transitar esto senderos, comparto contigo a un joven poeta de Trujillo Edgar González A
ResponderEliminarMi abuelo
Mi abuelo no comió cotufas en el cine,
se hizo la eternidad en los atardeceres,
estuvo limando piedras,
sacándole lágrimas a los gallos,
cavilando sobre mi bisabuela,
no lo conocieron las nacientes calles,
esta mano y la suya
esquivaron las sombras,
con estas manos hicimos lluvia de maíz
Mi abuelo tenía guerreros en el solar,
el viento le sembraba la melancolía en el sombrero,
éramos la mancha de agosto,
el inclemente refugio del recuerdo,
a él le nacían ríos y palabras,
estuvimos rodeándonos de noche,
en una crónica de resplandores,
sorteándonos en la constelación de la pobreza
Mi abuelo nació de un puñal,
de una quebrada nocturna,
intervino por la precaria neblina,
sin hojas
no tuvo república,
quizás en el silencio quiso ser poesía,
nosotros nos hicimos un sitio en la muerte,
sobre un patio difuso,
abierto por la garganta de un Canaguey
y violada por una devota carretera andina.
Raquel M
Gracias Raquel por tus comentarios y por el poema. Saludos.
ResponderEliminarojos brotados de la nada
ResponderEliminarsin gloria ni aliento
sin vida ni esperanza
traicionados.
alma eterna que arde
voces sofocadas y frias
sangre helada cual llama
mirada de fuego que hiela...
Nàcaruh, caracas
me gustaria conocer el grupo en persona... Nàcaruh, caracas
ResponderEliminarHola Nàcaruh, no son un grupo constituido, pero siempre tienen actividades en la ciudad. Ojalá puedas verlos y escuchar su obra. Saludos
ResponderEliminartienes poemas más bonitos que el silencio...
ResponderEliminarLindos poemas, en verdad.
ResponderEliminarGracias por la publicación.
¡Saludos!