En Cuba suena la rebeldía

“Resistencia” dice un brazo tatuado que agarra una máquina de afeitar. “Ya basta” se lee en una franela con la imagen del subcomandante Marcos levantando el dedo del medio. “Luchando con rimas” se llamó la exposición de la Organización Nelson Garrido que mostró el trabajo del fotógrafo caraqueño Oscar B. Castillo, quien durante cuatro meses observó la cotidianidad de un grupo de músicos de La Habana. Artistas que critican y desafían al poder a través del hip-hop, el ritmo que nació en los barrios de latinos y negros en la Nueva York de finales de la década de los sesenta. 
Castillo, con 29 años de edad, tiene estudios en el Taller Fotográfico de Roberto Mata en Caracas, L´Scola Superior d´Art Serra i Abella y el espacio fotográfico Catala-Roca en Barcelona, España. “Estuve solamente en La Habana, tenía el nombre de un pana lo busqué y fui conociendo gente, hablando con ellos. Voy a los conciertos porque me gustan, me muevo con ellos porque son mis panas” cuenta Castillo, quien vivió en la capital cubana en junio y julio de 2008, y en enero y febrero de 2010.

El fotógrafo relata que a pesar de la pobreza que reina en la isla, podía sacar su cámara en la calle sin sentir miedo de sufrir un asalto. Sin embargo, la tecnología genera sospechas. Una de las fotos muestra a una señora de los Comités de Defensa de la Revolución acercándose a un grupo de jóvenes que intercambian música a través de sus computadores portátiles, no lo hace por curiosidad, sino para descubrir si detrás de la afición hay motivaciones políticas, subversivas, críticas.

Castillo oyó el hip hop cubano en Caracas. “Escuché mucho Anónimo Consejo,  Randy Acosta, Los Paisanos, Explosión Suprema, Hermanos de Causa. Los Aldeanos, que son ahora como la punta. También están Escuadrón Patriota y Silvito el libre. Lo importante es que entre ellos no hay competencia, trabajan juntos. Papá Humbertico los ha grabado a todos durante muchos años, lleva el estandarte del hip-hop de lucha, consciente, underground, con una actitud poco comercial”.

Castillo comenta que hay una buena relación entre la movida hip-hop cubana y venezolana. Séptima Raza ha compartido tarima con Los Aldeanos y Silvito el libre, hijo del trovador Silvio Rodríguez, ha venido varias veces al país y ha dado conciertos, y grabado algunos temas, con la venezolana Gabylonia. Anónimo Consejo grabó en 2009 un videoclip en el 23 de Enero.

“Ellos están haciendo esta lucha inspirado por grandes combatientes de todos los tiempos. La lucha contra la discriminación de Malcolm X, las luchas africanas, los zapatistas de Chiapas, el primer castrismo, el guevarismo. Ellos no están inventando nada, sino reinventándose. Ellos vienen de la rebeldía, de luchar siempre”, explica Castillo.

Las fotografías no se han podido ver en La Habana. Hubo un proyecto el año pasado para mostrar las imágenes en un festival de música, pero no se concretó. “Es complicado montar esto allá, pero espero que llegue la oportunidad de mostrarle a ellos mi mirada. No estoy faltándole el respeto a nadie. Estoy defendiendo una posición y un criterio que creo es generalizado en Cuba”, asegura el artista caraqueño.

Un hombre sin camisa toma en sus manos una autobiografía de Malcom X, la bandera cubana está atrás con su estrella solitaria. De Ñico Saquito a Benny More, de Ernesto Lecuona a Chucho Valdés, de María Teresa Vera a Celia Cruz, de Silvio Rodríguez a Carlos Varela, de La Sonora Matancera a la orquesta Aragón, de Los Van Van de Juan Formell al Klimax de Giraldo Piloto. La música se respira en la isla. Al son, la guaracha, la timba y la nueva trova se suma el hip-hop, género con el que los cubanos reclaman, rumbean, provocan, gritan, cantan y piden cambios. 

La ONG está en la avenida María Teresa del Toro, entre las avenidas Cuba y Centroamérica, paralela a la avenida Victoria. A seis cuadras de la estación del metro Los Símbolos. La exposición estará abierta hasta el sábado 19 de febrero.

La página del fotógrafo Oscar B. Castillo es www.eltestigo.net