Mensajes indescifrables, frases que no comunican, rayas sin sentido, trazos desordenados colocados sobre una escultura. La maltratada obra está a un costado del centro comercial Plaza Las Américas, resistiendo al deterioro, la indiferencia y la ignorancia. La creación del maestro Francisco Narváez se llama Estela y desde 1977 está en el lugar.
Actualmente hay obreros trabajando en los arreglos de la plaza, pero la pieza tendrá que pasar por una restauración profesional. Francisco Narváez fue uno de los pintores y escultores más importantes de Venezuela. Nació en Porlamar en 1905 y murió en Caracas en 1982. Sus obras están en sitios emblemáticos de la capital venezolana: la Universidad Central de Venezuela, el Parque Los Caobos, la Plaza O´Leary y la Plaza Carabobo, entre otros.
El trabajo artístico de Francisco Narváez puede dividirse en cuatro etapas: figurativa; de las formas; de los estucos y ochavados; y de los volúmenes. Estela pertenece a la última fase del escultor. En su pedestal hay una placa, pero no dedicada a informar sobre el artista o identificar a la obra, sino para reproducir unas palabras del ex presidente Raúl Leoni, nombre que bautiza a la plaza y a la avenida principal de El Cafetal.
El trabajo artístico de Francisco Narváez puede dividirse en cuatro etapas: figurativa; de las formas; de los estucos y ochavados; y de los volúmenes. Estela pertenece a la última fase del escultor. En su pedestal hay una placa, pero no dedicada a informar sobre el artista o identificar a la obra, sino para reproducir unas palabras del ex presidente Raúl Leoni, nombre que bautiza a la plaza y a la avenida principal de El Cafetal.
La Fundación Francisco Narváez hizo en 2001 una propuesta para recuperar la obra. Su intención era que en 2005, aprovechando el centenario del natalicio del artista, la plaza pudiera estar lista, pero no fue así. Estela no es la única de las esculturas de Narváez que está deteriorada en Caracas, pero su daño parece pasar inadvertido. Ojalá pueda recuperarse el espacio y la obra, ojalá los grafiteros de la zona busquen otra forma de expresar sus mensajes cifrados, ojalá este verdadero tesoro artístico nos pueda servir de compañía y pueda sobrevivir a la indolencia que parece cubrir a los caraqueños.
Sin duda Carlo, por cierto acabo de pasar y restauraron la obra, así que esa será una de las próximas entradas del blog. Gracias por escribir, y sobre todo por leer. Abrazo.
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