La palabra acompasada

Una lámpara se enciende y apaga marcando el ritmo de las infinitas posibilidades de acercamiento, conversación y flirteo entre una mujer y un hombre desconocidos.  Los lugares comunes del abordaje amoroso, los desencuentros, los gustos compartidos, las afinidades, los prejuicios y la aventura de convertirse en pareja. Todo esto representando con humor en 20 minutos por la cantante Louran Sbarra y los actores Gilmar Bastardo y Víctor Álvarez en la obra Timing, adaptación libre hecha por Caque Armas de Sure Thing  texto del estadounidense David Ives y montada por el Teatro de la Uva.

El grupo, con dos años de formado, lleva a escena obras de corto teatro: pocos actores, breve duración y escenarios no convencionales como Barrabar, la librería Kalathos y la desaparecida librería Las Musas, pero esta vez utilizaron la sala experimental del Banco del Libro en Altamira, donde presentaron  cuatro funciones de Timing el sábado 18 y el domingo 19 de diciembre.

“Formé parte del Teatro UCAB, al graduarme de comunicadora social empecé a escribir una obra y me salió corta. En ese mismo instante vi que había proyecciones de cortometrajes en locales nocturnos y se me ocurrió hacer lo mismo pero con teatro. La mayoría de los grandes clásicos son obras largas, pero el teatro breve ha existido desde que hay teatro en Grecia” explica Marysol Gómez Cova, fundadora del grupo y productora general de Timing.

Gómez hizo su tesis de grado sobre Marcel Marceau y admite influencias de William Shakespeare y Federico García Lorca.  Timing es el quinto montaje del Teatro de la Uva, pero el primero de un dramaturgo dedicado al teatro corto. La pieza El espejo, escrita por Gómez, fue la obra con la que comenzó el grupo. Le siguieron Ocho, una adaptación del libro Cartas a un joven poeta de Rainer Maria Rilke; Cuarto solo: Elegía a la vida de Alejandra Pizarnik, escrita por Alfredo Correia basado en textos de la poeta argentina; y El Conserje, una adaptación de la obra homónima de Harold Pinter.

David Ives nació en Chicago en 1950 y completó estudios de artes dramáticos en la Universidad de Yale. Sus obras de teatro se representan con frecuencia en Nueva York. “Leí un libro que compila puras obras cortas de Ives, y me gustó. Sus piezas las montan en colegios, universidades y dependen netamente de las palabras no necesitan muchos actores ni elevados costos de producción. Es un gran dialoguista” explica Caque Armas director de Timing y quien adaptó los diálogos de Sure Thing a los localismos caraqueños.

La obra fue presentada por primera vez en 1988 en Manhattan, bajo la dirección de Jason McConnell Buzas y con las actuaciones de Robert Stanton y Nancy Opel. En el montaje venezolano los jóvenes actores Gilmar Bastardo y Víctor Álvarez, elenco fijo del Teatro de la Uva, asumen con naturalidad sus papeles. Los personajes Betty y Pablo logran trasmitir y convencer con las frases, respuestas y gestos caraqueños. Buscan la palabra adecuada, la que les permita acercarse al desconocido y descubrirlo. Lo hacen al ritmo de la lámpara que ellos encienden y apagan. Lo hacen con la voz y la guitarra de una llamativa Lourdes Sbarra cantando Timing de Kevin Johansen.

Armas es guionista, crítico cinematográfico y director de teatro. Este año fue el asistente de dirección de Adulterio una obra de Woody Allen que estuvo dos meses en cartelera en la sala del Corp Group y el Teatrex. Armas también es comunicador social egresado de la UCAB, su tesis de grado fue una adaptación de Poderosa Afrodita una obra de teatro de Allen. “Sus textos son muy localistas, para quienes viven en Nueva York. Me gusta entonces explorar el texto bien y adaptarlo a mi realidad. A mí me gusta Venezuela, me gusta el teatro de José Ignacio Cabrujas, la manera en la que él captaba nuestra manera de hablar me parece única” confiesa Armas, quien también aclara que de eso que se llamó la Santísima Trinidad: Cabrujas, Isaac Chocrón y Román Chalbaud, sólo le gusta el primero.

El director además admite su interés en las obras del sueco August Strinberg y la francesa Yasmina Reza. “Adulterio me dio un impulso para montar otra obra antes de que terminara el año. Yo he visto todo lo que ha hecho el Teatro de la Uva, me gusta de este grupo sus ganas de hacer teatro de verdad y no hacerlo como un camino para vender a un actor en particular, para hacerse famosos o para hacer sólo dinero sin importar la calidad. Ellos hacen teatro porque necesitan hacerlo”.