Publicado en TalCual el martes 24 de junio de 2008
La estridencia de los trombones que marcaron buena parte del sonido de Nueva York en los años setenta, el ritmo del pianista más importante de la música afrolatina, el carisma del sonero con mayor dominio de escena en el mundo de la salsa, el público agradecido por poder disfrutar de la fuerza de Jimmy Bosch, la pericia de Eddie Palmieri y la voz y gracia de Oscar D´León.
El Hotel Maracay se convirtió en una fiesta la noche del domingo. El cuarto concierto del V Festival de Tradiciones Afroamericanas (FITA) fue una demostración de la permanencia de la salsa brava y del entusiasmo que genera en el público de todas las edades y clases sociales.
La banda de Jimmy Bosch inició el concierto a las seis de la tarde. El buen sabor que dejaron dos noches antes en el público venezolano fue ratificado. Los explosivos arreglos del trombonista estadounidense, la descarga de los timbales de Ralph Irizarry, los juegos de Eddie Zervigón en la flauta y la calidad vocal del sonero ecuatoriano Rey Bayona no dejaron a nadie indiferente. Aquí no hubo salsa erótica, melosos arreglos, letras cursis. Lo que trajo Bosch fue "salsa dura" como la denomina él, pura moña, género que tiene seguidores en el país como se comprobó con los temas "La cacharra" y "El avión de la salsa" que fueron coreados por buena parte del público.
A diez minutos para las ocho de la noche, fue el turno de Palmieri. A sus 71 años de edad, esta leyenda viviente abrió fuegos con "Muñeca" siguió con "Cuídate compay", "Oye lo que te conviene", "Lázaro y su micrófono" y "Ritmo azúcar". Los temas de La Perfecta, la banda que Palmieri creó en 1961, retumbaban como si el tiempo no hubiera transcurrido. Pero lo mejor vendría después cuando los organizadores del festival, la periodista Chefi Borzacchini y el poeta Santos López, entregaron una placa el principal homenajeado de esta edición del FITA: Oscar D´León.
El sonero venezolano agradeció el gesto, lloró y recordó que cuando era un taxista de Antímano jamás imaginó que cantaría con la banda de Palmieri uno de los temas que más le agradaban del maestro: "La malanga". Después brindó un saludo a una de las voces emblemáticas de la carrera del pianista, el cantante Ismael Quintana, de quien dijo se encuentra enfermo en Puerto Rico y a quien le dedicó el tema "Busca lo tuyo".
Durante esta canción, D´León tuvo el atrevimiento de improvisar "Yo quiero un poco más de velocidad, porque siento que voy pa´atrás" y los músicos de Palmieri cogieron seña y la rumba no frenó ni un poco.
D´León se fue para prepara su show y la gente siguió gozando al ritmo de la plena de Palmieri que dice "Óyela para que puedas gozar" y no hubo nadie que no hiciera caso a la letra.
Después de unos minutos, entró en escena la banda del sonero venezolano, quien se paseó por temas como "Llorarás", "El manicero", "El cachumbambé", "Oye como va", "La mazukamba" y "Viva Venezuela" ocasión que aprovechó D´León para improvisar y hacer bromas con las fanaticadas del beisbol venezolano.
Si bien la orquesta del sonero de Antímano no tiene la misma calidad del trabuco de Palmieri, su dominio de la escena, las coreografías y piruetas de su cuerpo de baile, integrado por varios de sus hijos, no dieron descanso a un público que se fue satisfecho, complacido y con el ánimo prendido de tanto sabor y rumba.
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