El Plan Bolívar 2000 permitió a los militares manejar dinero sin contraloría |
Frente al espejo está el oficial. Hace décadas era un cadete
y soñaba con graduarse. Ahora es uno de los generales de la República
Bolivariana de Venezuela, durante años vivió en los cuarteles repitiendo todos
los días sus ritos y costumbres. Hoy maneja los fondos del Plan Bolívar 2000
para su beneficio propio y está pensando en dar el golpe.
Frente al espejo está el empresario. Hace décadas era
empleado y soñaba con ser su propio jefe. Ahora es uno de los directivos de
Fedecámaras, durante años disfrutó de los contratos del Estado. Hoy nos quiere
hacer creer que se preocupa por los pobres del país y está pensando en apoyar
el golpe.
Frente al espejo está el profesor universitario. Hace
décadas era idealista y soñaba con irse a la montaña para conseguir la
revolución socialista. Ahora es ministro del actual Gobierno, durante años
repitió sus aburridas clases dentro de las universidades. Hoy utiliza el
ministerio para beneficio propio y está pensando en la embajada a la que
correrá durante el golpe.
Frente al espejo está el político. Hace décadas era joven y
soñaba con ser secretario juvenil de su partido. Ahora es un ex diputado del
Congreso Nacional, durante años se benefició de los negocios ilícitos de los
gobiernos en los que participó. Hoy nos quiere hacer creer que él representa la
verdadera democracia y está pensando en los votos que podría ganar si dice lo
que la mayoría quiere escuchar el día del golpe.
Frente al espejo está el periodista. Hace décadas soñaba con
informar oportunamente a la sociedad. Ahora el empresario mediático busca la
manera de ser él mismo la noticia, durante años trabajó en las campañas de
muchos políticos. Hoy nos quiere hacer creer que sus opiniones son verdad sin
discusión y está pensando en cómo ganarse un premio internacional con el golpe.
Estos personajes nos quieren quitar el derecho a pensar por
cuenta propia. Si decimos que el jefe de Estado tiene un lenguaje agresivo y no
ha podido combatir eficientemente la corrupción, somos agentes
contrarrevolucionarios entrenados por la CIA. Si creemos que los infocentros
son una experiencia que debe ser apoyada y aplaudida, nos acusan de ser agentes
entrenados por Fidel Castro. Nuestro país es mucho más que dos bandos que ya
han demostrado su nivel de incompetencia. Un país es mucho más que dos
opiniones, un país está formado por millones de personas, un país no es un
pedazo de territorio que tiene por líder a un caudillo del siglo XIX
acostumbrado a entretenerse con una oposición superficial que sueña con un
golpe de Estado en el siglo XXI.
Frente al espejo está Venezuela. Hace décadas era un país al
que llegaban los inmigrantes de todas partes, huyendo de sus guerras y
dictaduras, con la esperanza de formar un futuro digno para ellos y sus
descendientes. Durante años creímos que el ingreso petrolero nos salvaría de
nosotros mismos. Hoy estamos en una trampa maniquea y podemos reventar el
espejo de un solo golpe.
Publicado en el diario El Nacional de Caracas el 6 de enero de 2002.
Publicado en el diario El Nacional de Caracas el 6 de enero de 2002.
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